Qué es un desgarro cutáneo
Un desgarro cutáneo es una herida causada por cizallamiento, fricción o fuerza contundente que da como resultado una separación de las capas de la piel. La lesión proviene de un colgajo o desgarro de piel de espesor parcial, separación de la epidermis de la dermis; o total, separación de la epidermis y dermis de las estructuras subyacentes.
El manejo adecuado de los pacientes con desgarros cutáneos es un desafío continuo para los profesionales de la salud. Los también llamados skin tears son a menudo heridas agudas y dolorosas producto de un traumatismo en la piel y son en gran parte prevenibles.
Los profesionales de la salud deben ser capaces de identificar personas en riesgo de desgarros de la piel y ayudarlos en la prevención de estas heridas, así como en su tratamiento cuando ocurren.
A pesar de la frecuencia con que ocurren los desgarros de piel, hay poca información sobre la prevención, evaluación y tratamiento de los mismos. Esto da como resultado que estas heridas sean mal valoradas y diagnosticadas, provocando complicaciones como dolor, infección y cicatrización tardía.
Si no se trata los desgarros de la piel, pueden provocar una infección, que puede progresar a celulitis o sepsis, una afección que pone en peligro la vida. Además, si el apósito no se pone de forma correcta, la herida puede no sanar como debería y volver a desgarrarse fácilmente o incluso volverse crónica.
Factores de riesgo
Aunque los desgarros de la piel pueden ocurrir a cualquier persona de cualquier edad, algunas tienen más riesgo que otras. Entre los factores de riesgo se encuentran:
- Personas mayores: especialmente aquellas que son frágiles y necesitan ayuda para moverse.
- Bebés: tienen un mayor riesgo de caerse o chocar con objetos.
- Personas con movilidad reducida: pueden ser más propensas a sufrir caídas y lesiones accidentales.
- Personas con antecedentes de desgarros cutáneos.
- Aquellos que tienen un deterioro cognitivo, demencia o que pueden ser más propensos a agitarse y lesionarse.
- Personas con piel crónicamente seca y deshidratada.
- Personas que tienen la piel delgada debido al uso prolongado de ciertos medicamentos, como cremas tópicas de cortisona.
- Mujeres posmenopáusicas: la disminución de los niveles de estrógeno hace que la piel se vuelva más frágil.
En caso de pertenecer a una o más de estas categorías, se recomienda considerar estrategias para ayudar a evitar desgarros en la piel.
Cómo tratar un desgarro cutáneo
El objetivo del tratamiento de la herida es mantenerla libre de infecciones y proteger la piel, así como los tejidos circundantes; mientras se mantiene húmeda para promover la cicatrización. Estas son las medidas a considerar para el tratamiento de desgarros de la piel:
- Antes de tratar la herida, es importante lavarse bien las manos con jabón y, si es posible, utilizar guantes.
- En caso de que la herida sangre, debe aplicarse presión con una tela o gasa limpia. Si la sangre empapa el material, no debe quitarse. Se debe colocar otro pedazo de tela o gasa encima y continuar aplicando presión.
- Enjuagar el desgarro de la piel con agua limpia o una solución salina. Tener cuidado de no rasgar más la piel y no usar peróxido de hidrógeno u otros productos. Con agua o solución salina es suficiente.
- Dejar que la piel se seque al aire o con palmadas leves. No frotar.
- Si hay un colgajo de piel adherida, colocarla suavemente en su lugar o lo más cerca posible. No debe estirarse demasiado, ni forzarse de ninguna manera, ni tampoco hacer cortes.
- Cubrir la herida con una gasa limpia y antiadherente o con un apósito apropiado para los desgarros cutáneos.
El tiempo de curación de un desgarro de piel depende del tipo que sea y de la salud del individuo. La mayoría de los desgarros cutáneo sana en aproximadamente cuatro semanas. No obstante, en caso de no curarse después de cuatro semanas, se debe considerar heridas crónicas.
Cuándo se necesita atención médica para tratar el desgarro cutáneo
Debe buscarse atención de un profesional de la salud para el manejo de desgarros cutáneos en los siguientes casos:
- La piel tiene enrojecimiento, hinchazón, pus o un mal olor proveniente de la herida
- La sangre empapa el vendaje
- El dolor empeora
- La herida vuelve a abrirse
- Hay presencia de fiebre
- No se sabe cómo tratar la herida
Cómo prevenir los desgarros cutáneos
Hay varios pasos que ayudan a prevenir los desgarros de la piel. Pide a tu médico o profesional de la salud un tratamiento adecuado para la herida. Puedes implementar alguna de estas recomendaciones como medidas preventivas:
- Usa crema en brazos y piernas: la piel seca se desgarra mucho más fácilmente.
- Bebe abundante agua: el agua ayuda a que la piel sea más elástica.
- Asegúrate de crear un ambiente seguro: los desgarros de la piel son más comunes en la población de edad avanzada y a menudo son causados por accidentes repentinos, como chocar contra muebles o rasguños con objetos cotidianos. Los cambios simples en el hogar pueden ser de gran ayuda.
- Mantén los pasillos despejados y considera quitar alfombras u otros obstáculos para no tropezar o chocar con cosas.
- Se recomienda colocar almohadillas en los bordes afilados de los muebles de la casa.
- Ten en cuenta las telas abrasivas de los muebles que puedan raspar la piel.
- Usa camisas de manga larga y pantalones para proteger la piel.
- Báñate con menos frecuencia: bañarse con demasiada frecuencia reseca la piel y hace que se rasgue más fácil.
- Utiliza adhesivos atraumáticos o de suave silicona para evitar desgarros en la piel delicada. Si se debe vendar la herida, envuélvela con una gasa a base de petróleo y posteriormente asegura la venda con cinta médica.
- Come una dieta balanceada: la mala alimentación y la deshidratación crónica pueden provocar que la piel se vuelva frágil y aumentar el riesgo de desgarro. Para mantener la piel fuerte y promover la cicatrización, bebe mucha agua y balancea tu dieta con frutas y verduras ricas en vitamina C. De igual manera, puedes ayudar a la producción de colágeno en la piel agregando más alimentos ricos en proteínas, como pescado, huevo y frijol.
Prevención y manejo
Los desgarros cutáneos afectan a personas de todas las edades y siguen siendo un problema en todos los entornos sanitarios. La prevención de estas heridas es el enfoque principal para manejar esta creciente preocupación. El tratamiento de los desgarros cutáneos puede variar según la herida y productos que necesite. El objetivo es controlar el sangrado, prevenir infecciones, controlar el dolor, restaurar la piel y promover un ambiente curativo.
Es de suma relevancia que los profesionales de la salud sepan controlar los desgarros de la piel y sean capaces de identificarlos. Se necesita pautas de prevención y tratamiento para ayudar a los médicos a controlar los desgarros de la piel e identificar a aquellos en riesgo de estas heridas.